Ya vienen de nuevo… como siempre.



Pese al gran rechazo que ha mostrado Donald Trump por los migrantes ilegales y lo que implican tanto para la economía como para la sociedad estadounidense, los migrantes no se detienen en su camino a la “tierra prometida”, esa tierra que podría ofrecerles mejores oportunidades de las que les pudieran haber dado o de las que no se les dio en sus países de origen.

Hace unas semanas, la Guardia Nacional estadounidense se había desplegado sobre la frontera norte de nuestro país con el objetivo de “detener” a una caravana proveniente de Centroamérica con destino a E.E.U.U. A pesar de esto, la caravana, tras varias semanas, logró llegar esta semana a la frontera con ciertas complicaciones de las que podemos destacar las necesidades fisiológicas.

La incertidumbre radica en si realmente estos migrantes, la mayoría en busca de una mejor vida, serán aceptados, no sólo por el hecho de buscar mejores oportunidades sino que también hay varias personas que pedirán asilo debido a la violencia y amenazas que hay en sus países.

Como parte del conocido plan estadounidense de “hacer a América grande otra vez”, las acciones que se puedan llevar a cabo son imprecisas. Por otro lado, la respuesta de Donald Trump el 23 de abril al conocer la ubicación de la caravana fue vía Twitter, en donde el presidente manifestó:

México, cuyas leyes sobre inmigración son muy duras, debe impedir que la gente pase por México y hacia los Estados Unidos. Podemos hacer que esto sea una condición del nuevo acuerdo del TLCAN. ¡nuestro país no puede aceptar lo que está sucediendo! Además, debemos conseguir que la financiación del muro sea rápida.
Estados Unidos se encuentra en constante incertidumbre desde cualquier eje que queramos ver. Las leyes y/o acciones dirigidas hacia los migrantes no son la excepción y siguen siendo imprecisas. A pesar de que no es la primera ni la única vez que se les rechaza la entrada a estas personas, causa constante indignación a nivel internacional, aunque no la suficiente como para hacer algo que resulte efectivo.

Se cree que con un muro y algunas leyes verdaderamente ”duras”, el flujo migratorio disminuya o se erradique. No obstante, la decisión de migrar muchas veces no es por el simple hecho de buscar oportunidades, sino que también porque existen conflictos que obligan a dejar un país. Además es importante considerar que varias veces, la culpa radica en ambas partes, o sea, tanto en el país de origen como en el receptor.

Si bien Estados Unidos no es el único país que sufre de esto, es importante considerar que, por la relativa cercanía, es el país más pronto a ofrecer una “vida digna” para varios de los que van a establecerse allí. Y algo que ha olvidado es que, fue y es un país que se ha construido e incluso posicionado en cierta parte gracias a los migrantes.

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